domingo, 16 de septiembre de 2012

DIARIO DEL GERENTE CAPITULO 8


Capítulo VIII, Rudolph el Reno


El martes viajé temprano desde el centro invernal a la oficina, quería evitar el molesto tráfico, lo cual no logré. Un augurio de que no sería un buen día fue que no paró de llover en toda la mañana y tuve que suspender mi partido de golf agendado de once de la mañana a la una de la tarde, así que le pedí a mi secretaria que asignara reuniones en ese horario. Tráfico y lluvia ya eran motivos suficientes para dejarme molesto, necesitaba desquitarme y agendé una reunión a primera hora con el gerente de recursos humanos. Algunos piensan que soy abusivo y tienen razón, pero concentro mi abuso en una sola persona para que el resto me siga queriendo, además esta persona siempre es un hombre y no una mujer, antes que todo soy un caballero.

El día transcurrió dentro de lo normal, aburridas reuniones de trabajo en las cuales me dediqué a jugar Angry Birds Rio, juego del que aún tengo etapas por concluir. Debo ser sincero, la salida de la gerente de marketing había puesto un poco aburrido el trabajo, ya que lo había convertido sólo en eso, trabajo. Lo único fuera de lo normal era la insistencia de Chief en hablar conmigo, el gerente general de otra empresa que me había invitado a la fiesta del jueves pasado. Dado que la última imagen de Chief era abrazado y besándose con un sacerdote en la fiesta, hacía que no tenía ganas de conversar con él, para ser sinceros me producía una sensación de asco sólo acordarme de esa imagen, por lo que no respondí sus llamadas.

Al final del día fue tanta la insistencia de Chief que me hizo pensar un rato si me convenía o no responderle y para mantener lazos comerciales pues aún tenemos un negocio entre ambas empresas decidí devolverle la llamada. Me contestó con una voz muy preocupada, se notaba que había algo que lo afligía de sobremanera y me solicitó que nos juntáramos urgente en algún lugar,  accedí y quedamos de juntarnos a las nueve de la noche en el bar del hotel donde alojaba.

Mientras manejaba devuelta al hotel se me repetía la imagen de la nieta del viejito, ella me producía una sensación agradable que me confundía, por lo que trataba cambiar el pensamiento a la reunión que tendría con Chief. “¿Qué será lo que le preocupa tanto a este hombre?”, pensaba. Supuse que sólo quería que su secreto no se supiera. Una vez en el hotel, tomé una ducha y cambié mi ropa formal por un pantalón y una camia blanca sport, luego bajé al bar del hotel.

Eran pasadas las nueve de la noche cuando apareció Chief en la puerta del bar, miraba desesperadamente por todos lados tratando de encontrarme y cuando lo hizo se acercó a mi mesa caminando bien apurado. Una vez que se sentó y antes que lo saludara me dijo “¿qué cagada te mandaste weón?.  Lo primero que se me vino a la mente fue pensar cuál de todas, ya que los últimos días los aciertos no predominaban mucho.  “¿Qué cagada te mandaste con el abogado?”  volvió a decir, pero seguía lento quizás porque la imagen de la nieta del viejito aparecía en forma intermitente, quizás porque no lograba entender aún la preocupación de Chief o simplemente porque estaba cansado y sólo quería tener una noche tranquila y relajada. “Explícate un poco mejor que ando lento” dije a Chief poniendo cara de molesto para que la comunicación fluyera de manera más ágil y pudiésemos cerrar el asunto pronto para despacharlo y tener mi noche de tranquilidad tan esperada.

Chief me contó que un abogado se había quejado porque había sido amenazado con que divulgarían su actuación en la fiesta del jueves. Revisaron los videos de la entrada y el abogado me había reconocido, pero como no tenían contacto conmigo supusieron que yo había llegado con Chief a esa fiesta dado que nuestros autos entraron prácticamente juntos. “Les dijiste que no llegamos juntos, ¿verdad?” le pregunté a Chief con un tono inquisidor y el muy desgraciado no sólo responde que había dicho que yo había llegado con él a la fiesta, sino que también había dicho que hoy estaría en el bar de este hotel desde las nueve de la noche en adelante por lo que ahora el abogado venía buscarme. “Chief eres un maricón” le dije, pero que se podía esperar, si él era un gerente general y  tengo muy claro que es parte de la formación entregar a otros rápidamente si el defenderlos no te trae un mayor beneficio.

Cuando terminaba de contarme los detalles de la pronta visita del abogado, le sirvieron a Chief un tequila sunrise que había pedido cuando llegó, el barman me miró de una manera muy extraña, como si supiera que algo pasaba y que el bar vería una escena fuera de lo normal, lo cual le incomodaba mucho. “Lo sabía” dijo cuando vio que en la entrada del bar a dos gorilas que parecían armados, luego me di cuenta que acompañaban al abogado, ellos se quedaron resguardando la entrada. Recién ahí entendí que la situación era mucho más compleja de lo que yo esperaba y era bastante probable que esa noche de tranquilidad que tanto deseaba no llegaría. Cuando el abogado nos divisó, me di cuenta que era el tipo a quien había amenazado la noche anterior, el abogado de mi señora, se nos acercó caminado con una sonrisa de venganza que me producía algún grado de perturbación, recordar el tipo de fiesta que hace esta gente hacía que me diera pavor pensar en las maneras que tienen de vengarse. Razoné por un instante y pensé que tanto puede pasar, pero no duró mucho al ver que existían alternativas como que me golpearan, me violaran o simplemente me hicieran desaparecer, por lo que tal nivel de incertidumbre me comenzó a producir miedo.

Una vez que el abogado se sentó junto a nosotros me miró con una sonrisa en la cara y me dijo “¿así que te gustó amenazar con contar que corría a poto pelado?, veremos ahora si te gusta lo que viene hijo de puta, ahora te paras y nos acompañas por la buena o los gorilas de la puerta te llevarán a la mala, tú eliges”.  Si les dijera que no me asustó sería una gran mentira, me cagué de miedo pero traté de evitar que  se notara y dar la impresión de control sobre la situación. “Levántate que vamos a dar un paseo” dijo el abogado, respondí que quizás era mejor quedarnos en el bar ya que hacía frío afuera, esa respuesta no fue de su agrado, puso cara de molesto y me dijo que dejara de hacerme el payaso. El abogado con poca paciencia hizo un gesto a los gorilas los que inmediatamente ingresaron al bar, pero antes de que llegaran se acercó el barman con cara de tremenda determinación y mostrando que había puesto atención desde el principio dijo “de este bar no se va nadie sin que yo lo permita” lo cual me dio un respiro por unos segundos, pero al darme cuenta de la inferioridad numérica que teníamos me asustó que la situación se pusiera compleja y hubiera un desenlace sin control. 

La caminata de los gorilas hacia donde estábamos se me hizo eterna y en cuestión de segundo me exigía tener un plan de acción, el cual no llegó sino hasta tener un poco más de cerca a los gorilas y darme cuenta que eran parte de los guardias que me habían identificado en la fiesta como el Gerente2012 de twitter y por su afecto al personaje me habían dejado ir. Una vez que los guardias estaban al lado de nosotros vi que uno me había reconocido ,dejé que la situación se pusiera más tensa aún antes de intervenir. El abogado tenía cara de molesto, se notaba que no tenía el control de la situación y Chief sudaba mostrando un miedo que lo hacía ser sólo un distractor. Cuando el silencio duró unos minutos y las miradas se cruzaban de un lado a otro interrumpí el silencio y dije “no dejemos que esto se nos escape de las manos”, dirigí mi vista al abogado y le dije “tú no me conoces y no sabes en que problema te puedes estar metiendo, pero seré justo. Ayer te amenacé con algo que no debía y debo pagar por ello, por lo que te propongo que yo, el barman y tus dos gorilas nos vayamos  fuera del bar y arreglemos esto con una golpiza de tus hombres hacia mí, para que te desquites''. Al abogado le pareció una buenísima oferta, le daba una salida magistral a la que no podía resistirse y obviamente accedió.

Una vez fuera del bar, uno de los gorilas me dice “El Gerente2012 otra vez en problema, ya parece broma amigo”, miré al barman con cara de darle una explicación, pero antes el me dijo “no tienes nada que explicar, hace mucho sé que eres Gerente2012 de twitter  y también soy tu seguidor, pero eso te lo explicaré en otro momento”. Mi asombro y mi ansiedad por saber cómo el barman sabía eso no duró mucho, ya que al ser experto en manejo de crisis de todo tipo, mi mente rápidamente ordenó las prioridades y asignó la primera posición a salir cuanto antes de la compleja situación.

Les propuse a los gorilas fingir que me pegaban y hacer ruido para que lo creyera el abogado, uno de ellos me dijo que era una buena idea pero debía haber marcas de la golpiza o de lo contrario el abogado no creería la actuación. El otro gorila manifestó que conocía una técnica que permitía dejar una marca en un ojo sin causar dolor, pegando un golpe justo alrededor de este. Le pregunté varias veces si lo había hecho antes y me dijo que era parte de su rutina diaria, no muy convencido accedí.

El golpe, lejos de darme en el ojo, me dio de lleno en la nariz causándome un tremendo dolor que me hacía gritar como loco, sentí que tenía una fractura. La sangre que brotaba por mi nariz había teñido de rojo el pecho de mi camisa blanca, la evidencia de la golpiza ya estaba, pero no sabía si lo que me molestaba más era el dolor que no cesaba o la risa del barman quien parecía disfrutar de la situación.

Una vez que nos acercamos a Chief y el Abogado, la cara de este último fue de completa satisfacción, dado que mi nariz hinchada y colorada como la del reno navideño y mi camisa ensangrentada eran suficiente muestra de que su venganza había sido efectuada. No pasó mucho tiempo en que se fueran y me quedé sólo con el barman quien me dijo que parecía una niñita gritando, me pasó hielo y me dijo que no era una fractura por lo que no me quedarían marcas.

Sin ganas de aclarar nada me fui a mi habitación con el hielo en la cara y en una facha que parecía saliendo de la película de “el club de la pelea”. Llegué a mi habitación rogando por un descanso y al llegar a mi cama me encuentro con una nota que decía “te tengo que ver, no dejo de pensar en ti” y al ver la firma me di cuenta que era de la nieta del viejito. Me puse a dormir pensando en ella y en que por más que había tratado de alejarla de mi mente no lo había podido lograr,  lo cual me dejó bastante confundido.

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