Los huracanes como otras grandes tormentas, dejan un reguero de destrucción a su paso, pero también afectan a decenas de miles de aves. Muchas mueren a consecuencia de los vientos y las inundaciones, pero ¿qué pasa con el resto? ¿Cómo se las apañan para sobrevivir a una fuerza de la naturaleza que se lleva todo por delante? Igual que hacemos los humanos, algunas especies -las que viven dentro de los árboles, sobre todo- buscan refugio, otras tratan de esquivar la tormenta emigrando unos días antes -detectan bien los cambios de presión- y aprovechando los vientos que bordean el huracán. Algunas especies que viven en el océano quedan atrapadas en el ojo del huracán durante días, una zona donde los vientos y las lluvias son menores, pero que les puede obligar a desplazarse cientos de kilómetros desde su hábitat natural. Durante días, las aves deben volar sin descanso y sin alimento, lo que les pone en riesgo de morir. Después de días y días volando las aves se posan en cuanto el huracán toca tierra, a menudo exhaustas y hambrientas. El caso más curioso lo representan aquellas aves capaces de atravesar el huracán. En el año 2011, los científicos siguieron por satélite los movimientos de un grupo de zarapitos durante el huracán Irene que atravesó la tormenta en dirección sur hasta posarse en las Bahamas. Estaban migrando desde el Ártico hasta Venezuela, y el huracán no pareció ser un impedimento. El efecto más importante del huracán sobre el hábitat de las aves es la destrucción de la vegetación, que puede dificultar la búsqueda de alimento, pero también se destruyen nidos y zonas de reproducción.
http://www.noteacostaras.com/articulo/1633
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