sábado, 5 de octubre de 2013

Guardaba esqueletos para mantener relaciones sexuales

Una mujer sueca de 37 años arrestada en septiembre, fue acusada formalmente el martes pasado en el Tribunal de Distrito de Gotemburgo por el delito de “violación de la paz de los muertos”.

Durante el juicio el fiscal no pudo explicar cómo la mujer de 37 años había podido reunir casi un esqueleto entero, pero sentenció que los restos humanos habían sido utilizados con una “gran falta de ética”.

La Policía arribó al departamento cuando unos vecinos denunciaron haber oído el disparo de un arma desde allí. Cuando los agentes entraron al lugar, de inmediato pidieron refuerzos al encontrar piezas de esqueletos y cuchillos en el salón principal.

Al principio, fue detenida bajo sospecha de asesinato, pero la Fiscalía cambió los cargos a“violar la paz de los muertos”.

La fiscal Kristina Ehrenborg-Staffas aseguró tener pruebas que indican que los huesos fueron utilizados en situaciones sexuales. Parte de la evidencia fue mostrada a la prensa e incluía dos discos titulados “Mi necrofilia” y “Mi primera experiencia”, que contienen fotografías y documentos.

“Algunas fotos muestran una mujer lamiendo una calavera”, explicó Ehrenborg-Staffas, quien cree que la acusada está “fascinada” con la muerte.

“Ella dice que no es la persona que aparece en las fotos, que las había bajado de Internet. Habría que preguntarse por qué tenía esas imágenes”, dijo la fiscal. Según el diario sueco The Local, la mujer guardaba en su computadora un montón de fotografías de morgues y capillas, además de documentos acerca de cómo tener relaciones sexuales con personas recientemente fallecidas. En exámenes psicológicos, la acusada no demostró síntomas que pudieran definirla como enferma mental, al menos en el aspecto legal.
Allí, declaró que era inocente y alegó que no había hecho nada contra la ley. “Ella admite que tiene los huesos, pero dice que son por un interés histórico y arqueológico”, dijo Ehrenborg-Staffas. Un compartimiento secreto en la casa de la mujer servía como depósito de cadáveres. Sin embargo, la policía no encontró pruebas que demostraran que había cavado en tumbas.

Según la acusación, la mujer también vendió cráneos a través de Internet. La última transacción registrada fue con un comprador sueco que había pedido tres calaveras y una columna. Si es hallada culpable, se enfrenta a sanciones que van desde multas hasta un máximo de dos años de prisión y al gran escándalo que se ha formado a su alrededor.

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