domingo, 4 de noviembre de 2012

CONFESIONES PRIVADAS: "Muerdeme el dolor me da placer"

CONFESIONES PRIVADAS: "Muerdeme el dolor me da placer"

Soy un apuesto muchacho de casi 30 años, aunque parezco menos y mi alma es la de un niño, heterosexual afortunadamente! que bellas son las mujeres...

En el 2008 conocí una chica con la que mantuve una turbulenta relacion durante unos cuantos meses. No es sobre esa relación que quiero hablarles, sino sobre lo que en ella aprendí sobre mi mismo y sobre mis gustos.

Esta chica, era una morena fogosa, 23 años, boquita carnosa. Era muy sensual. Al cabo de algunos encuetros sexuales (no mas de 2, o durante el segundo) ella comenzó a morderme cada vez mas fuerte. Al principio como que me probaba, me mordía un poco, y yo me dejaba, entonces me mordía mas fuerte. En un comienzo, en la etapa de "calentamiento" digamos, ella empezaba con los besitos por el pecho y el abdomen, y luego los mordiscos. Despues, cuando me practiaba sexo oral, comenzo a morderme tambien cerca de los genitales.

Me practicaba sexo oral de un modo bastante violento, hasta la garganta, hasta que su nariz me tocaba el abdomen, y cuando levantaba la cabeza me mordía, y cada vez con mas intensidad.

Entonces me confeso que le encantaba morder, que la excitaba, que queria morderme hasta sacarme un pedazo, decía ella. Y no me sacaba un pedazo pero casi!!

En definitiva, que nuestros coitos siempre estaban precedidos por una sesión en la que esta chica combinaba el sexo oral algo violento con sus brutales mordiscos, y a mi cada vez me gustaba mas y mas y mas, y al mismo tiempo que ella me masturbaba tendida entre mis piernas, su mordida se prolongaba en el tiempo y junto al dolor que se sostenía el placer parecía estallarme en todo el cuerpo...

Llego el punto en que deje de ir a nadar a la pileta (picina para los no argentinos) porque sus mordiscos me quedaban marcados en todo el cuerpo con unas heridas que se veian de a un kilometro de distancia... no podía sacarme la remera o camisa frente a nadie... en fin, poco me importaba.

Digamos que este combo sexo oral- mordidas fue lo que destapo la hoya. Pero ahi me fue claro que muchas formas del dolor me excitan sobremanera, rasguños, apretones, dedo en ano y en general, un trato violento, me ponen a mil.

En este punto vale señalar que no soy un sado masoquista en el sentido que me guste el servilismo, ni soy fetichista, ni me importan el cuero o los latigos, ni nada de eso. Tampoco me gusta permanecer siempre en el papel de sumiso.

Era mutuo, como que nos turnabamos. Llegamos a atarnos, ella me ataba y disfrutaba con libertad de infingirme torturas y placer, y yo la ataba tambien y no tenía reparos en cojerla con violencia, someterla, o cojerle la boca hasta que le saltaran las lagrimas. Aunque estoy completamente seguro que nunca le hice doler (se puede someter sin torturar) como ella sí me hacía doler a mi. Yo a ella la dominaba (era mas bien una actitud), ella a mi me torturaba, y me producía dolor real.

Y ambos estabamos muy bien, a veces mezclandolo todo caoticamente.

Nuestros caminos se separaron y en estos 4 años no pude encontrar una compañera para explorar nuestra sexualidad de ese modo. No me molesta ser dulce, pero extraño tanto aquellas sesiones!!!!

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