miércoles, 5 de septiembre de 2012

JOSÉ BRETON NO SE DERRUMBA


Una vez más, visita al escenario del crimen. Y una vez más, la misma frialdad, la misma impasibilidad. Tal como exigen las diligencias, José Bretón, acompañado del letrado Baldomero Sánchez de Puerta –hijo de su abogado habitual–, acudió a la finca de Las Quemadillas en torno a las 17:00 horas para una nueva inspección policial, aunque en este caso con una finalidad muy concreta: la recogida de tierra en los alrededores de la hoguera en busca huellas biológicas. Y es que, después de que el cuarto informe, realizado por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, dictaminara que se trataba de restos humanos, el objetivo ahora se centra en certificar, a través del ADN, que los dientes encontrados en la zona pertenecen a los pequeños Ruth y José. 
Bretón, que entró en la finca por la puerta lateral, permaneció en el lugar junto a los agentes alrededor de una hora. Y se pudo constatar que el escenario de Las Quemadillas no le afecta en absoluto. Como tampoco le afectó lo más mínimo la noticia que ha dado un giro de 180 grados al caso de los niños de Córdoba: el error del primer informe forense, realizado por la Policía Científica, que dictaminó que los restos molares encontrados en la zona pertenecían a roedores y no a seres humanos. Entonces, su comportamiento fue normal, comió el menú previsto y se fue a dar un paseo por el patio de la cárcel. 
Varios «guardias»
Y así ha seguido siendo hasta la fecha. Fuentes consultadas por este periódico afirmaron que el Programa de Prevención de Suicidios (PPS), aplicado en la mayoría de presos condenados por parricidio, no ha variado un ápice en el caso de Bretón. Así, se sigue aplicando el protocolo habitual: durante las 24 horas del día permanece acompañado siempre por un preso, aunque son varios los que se van turnando la guardia a lo largo de la jornada. Duermen en su misma celda y comen con él, sin separarse de su lado. Y en los últimos días«no ha mostrado ni un sólo síntoma de derrumbarse», aseguran dichas fuentes. Y, por supuesto, continúa clamando su inocencia. Con todo, hay que recordar que, el pasado mes de enero, Bretón se autolesionó en un brazo y en un hombro con una cuchilla de afeitar, si bien es verdad que las heridas fueron leves. De hecho, fue su preso de confianza quien dio la voz de alarma. 
Estos reclusos son presos poco conflictivos y con delitos menores que, tras recibir un curso formativo y desarrollar dicha labor, logran algunos «beneficios» en prisión, como es el hecho de convertirse en «trabajador de confianza del personal de la cárcel», además de recibir un sueldo simbólico al mes. Son los únicos presos con los que el detenido mantiene el contacto: aparte de la aplicación del PPS, Bretón también está sometido al artículo 75.2 del Reglamento de Régimen Penitenciario, que, con vistas a salvaguardar la integridad del recluso, posibilita que no mantenga el contacto con otros reclusos.
Experto de prestigio
Mientras Bretón espera pacientemente el resultado de nuevos análisis, la Policía Nacional juega una última baza para cerrar el cerco de manera definitiva en torno al acusado. Y es que, si bien hasta ahora los restos han sido objeto de cuatro análisis, su finalidad siempre se había centrado en determinar si eran de origen animal o humano. Por ello, fuentes policiales confirman que, cuando los responsables del Instituto Nacional de Toxicología finalicen sus indagaciones, los restos serán enviados al Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) de la Universidad de Santiago (USC), liderado por el investigador Ángel Carracedo, experto en genética forense. ¿Su misión? Hallar rastros de ADN que certifiquen que los restos pertenecen de manera inequívoca a los menores.
No en vano, fuentes de la Policía Judicial aseguran que la petición de este informe viene motivada por el prestigio de Carracedo, cuya labor ha sido solicitada en acontecimientos como los atentados del 11 de septiembre de 2001, las bombas que sembraron el pánico en Madrid en 2004 o el crimen de las niñas de Alcáser, entre otros. Y es que el trabajo del investigador va más allá de las técnicas habituales gracias al método conocido como «snip-typing», que permite la identificación de material genético minúsculo. 
En todo caso, las autoridades son conscientes de que las dificultades a las que se va a enfrentar el equipo de la Universidad de Santiago son las mismas que abordaron la Policía Científica, los investigadores Francisco Etxeberría y Bermúdez de Castro, y el Instituto Nacional de Toxicología. Bajo temperaturas de entre 650 y 800 grados, es prácticamente imposible que haya podido sobrevivir algún resto de ADN. Además hay que añadir el paso del tiempo, otro factor que puede incidir en la conservación de los restos. 
A la espera de poder enterrar los restos
Una vez que tres informes han confirmado ya que los huesos hallados en la finca cordobesa de Las Quemadillas son de origen humano, la familia materna de los pequeños Ruth y José tiene la voluntad de enterrar los restos óseos una vez la Policía Científica ratifique que los huesos pertenecen a los niños, según Ep. Fuentes cercanas a la investigación remarcaron que ésta es «la única voluntad» de la familia una vez que los agentes «vuelvan a ver los huesos y hagan un nuevo informe que ratifique o modifique el anterior», puesto que con eso «terminaría todo». Mientras, la familia pidió ayer a la ciudadanía respeto para vivir su duelo ante las últimas revelaciones conocidas acerca del caso, a la par que aseguró que luchará para que se haga justicia.
Fuente: www.larazon.es


Dirección Todo Noticias TN

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