miércoles, 23 de mayo de 2012

POLEMICA: CHAMPÚ DE CABALLO ¿SIRVE DE ALGO?







El champú para pelo de caballo arrasa en las tiendas especializadas en mascotas, el Mercadona y otros supermercado. Su éxito: entre sus ingredientes está la biotina, a la que se atribuye la propiedad de fortalecer el pelo, mantener a raya la incómoda grasa que ensucia y afea la raíz y dar al cabello un brillo sin igual.

Una maravilla de champú…si no fuera porque no todo lo que pregona es cierto.  La biotina es una vitamina del grupo B a la que atribuyen una mayor fortaleza del pelo y un aumento del brillo y sedosidad. Se la llama también vitamina B7, B8 o vitamina H. Es cierto que su carencia extrema puede estar en relación con la caída y fragilidad del cabello, entre otros síntomas, pero tendría que haber una carencia, lo cual es difícil llevando una dieta sana y equilibrada y teniendo las bacterias colónicas trabajando a pleno rendimiento. Por otra parte, en caso de deberse realmente la fragilidad y pérdida capilar a ese déficit y  ser efectiva la suplementación con biotina, sería por vía oral, no por vía tópica en forma de champú, ya que no es absorbida de ese modo ni llega al folículo piloso para ejercer su efecto. De ser cierto esto último, cualquier cosa que nos cayera en la cabeza afectaría con suma facilidad a nuestra melena, desde el agua de la lluvia hasta la cagada de una paloma…y no es así (espero que nadie compruebe esto empíricamente, sobre todo lo relativo al excremento palomeril).

El champú que se vende está bastante concentrado, con lo que de no usar cantidades mínimas o no diluirlo puede ser bastante agresivo para nuestra pelambrera en vez de mejorarla, dañando el cuero cabelludo. Quizá a quien tenga pelo graso le venga bien y al principio se tenga la percepción objetiva de melena suelta y voluminosa, pero en algunos casos se termina a la semana con el mismo aspecto que la cola de caballo, áspero y con el mismo tacto que un nido de pájaro.

Un producto cosmético como es un champú puede incluir en su etiquetado todos los detalles y bondades del mundo…pero al no ser un producto farmacológico el fabricante no tiene la obligación de realizar ensayo clínico alguno para avalar su eficacia y, en todo caso, se puede apoyar en tests de evaluación, que son totalmente subjetivos y se realizan en muestras pequeñas de la población (¿de verdad 10 personas son una muestra suficientemente amplia para demostrar que ese champú evita que se te caiga el pelo?).

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