viernes, 2 de marzo de 2012

HABLAMOS DE SEXO....

UNA NUEVA SECCION DONDE CADA SEMANA CAMBIAREMOS DE TEMA ESTRENAMOS CON: "HABLAMOS SOBRE...SEXO".

¿Qué son las ETS? ¿Cuáles son las principales?

ETS significa Enfermedades de Transmisión Sexual y sus causantes son ciertos microorganismos que se localizan en el aparato genital masculino y femenino y que, generalmente, se transmiten a través de las relaciones sexuales. Entre los síntomas que producen: escozor, picor, flujo anormal, molestias en la uretra o en la vagina. Ante la primera señal hay que acudir al especialista. Algunas veces las ETS atraviesan fases asintomáticas, lo que puede provocar su transmisión involuntaria. Las principales enfermedades de transmisión sexual son la sífilis, la gonorrea, las clamidias, el herpes, la vaginitis, los condilomas y el sida. Actualmente existen medicamentos para tratar la mayor parte de las ETS y los especialistas suelen prescribir medicación no sólo a la persona afectada sino también a su pareja. El único método anticonceptivo eficaz para evitar el contagio es el preservativo.







¿Qué es el SIDA y cómo se contagia?

SIDA quiere decir Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida y se produce por el contagio del virus VIH (Virus de Inmunodeficiencia Adquirida). Este virus debilita el sistema inmune y lo hace vulnerable a todo tipo de infecciones. Hoy por hoy es una enfermedad incurable y mortal, aunque existen fármacos que pueden retrasar el desarrollo de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Ser VIH positivo (tener anticuerpos contra SIDA) o estar infectado con el VIH no es lo mismo que tener SIDA. Muchas personas VIH positivas no desarrollan la enfermedad en muchos años.

El SIDA se contagia por tres vías: sexual (al entrar en contacto con los fluidos vaginales, líquido preseminal, semen o sangre); por vía sanguínea (contacto directo con heridas, mediante transfusiones o al hacerse sangre con objetos cortantes o punzantes contaminados); y por vía perinatal (contagio de la madre al hijo durante el embarazo, el parto o la lactancia).

El SIDA no se contagia a través de la saliva, las lágrimas o las picaduras de insectos; tampoco por convivir, abrazar o tocar a una persona infectada ni mediante muebles o utensilios compartidos. Sí hay que evitar compartir cuchillas, cepillos de dientes, jeringuillas u otros objetos que puedan entrar en contacto con sangre o fluidos de los órganos sexuales. El único método anticonceptivo que protege de su contagio es el preservativo.
¿Qué son los preliminares y por qué son tan importantes?

El juego previo tiene una gran importancia en las relaciones sexuales, ya que prepara el cuerpo del hombre y de la mujer para afrontar el momento del coito y poder llegar al orgasmo. La excitación es inducida por una compleja mezcla de estímulos mentales y físicos. Contrariamente a la creencia popular, el hombre también necesita y disfruta el juego previo. Éste le proporciona la estimulación necesaria para lograr una erección firme y prepara al pene para el coito (aunque en el caso de sufrir eyaculación precoz hay que reducir los preliminares al mínimo).

En el caso de las mujeres esta fase es especialmente importante, ya que para que una mujer se excite por completo normalmente su cuerpo necesita una prolongada estimulación. Este juego previo hace que la vagina se dilate y comience a lubricar, lo que facilita la penetración y proporciona a la mujer el nivel de excitación suficiente para poder alcanzar el orgasmo.





. ¿Qué son las zonas erógenas?

Son partes de la piel especialmente sensibles sexualmente. Esta sensibilidad se debe a la que en ellas se localizan terminaciones nerviosas sensitivas que reaccionan al tacto. De ahí su importancia en la práctica sexual: al ser acariciadas producen un estímulo sexual.

Los labios, los muslos, el pecho, los genitales y las nalgas son zonas especialmente sensibles al tacto. Pero casi toda la piel puede convertirse en una zona erógena si se recibe el contacto de alguien deseado. Cada persona debe descubrir cuáles son las partes del cuerpo, tanto del suyo como de su pareja, que experimentan más placer y estímulo al ser acariciadas.

La estimulación de las zonas erógenas puede realizarse con manos y dedos, pero responden con mayor intensidad si se acarician con boca, labios y lengua.

 ¿Es normal tener fantasías sexuales? ¿Y con personas del mismo sexo?

La imaginación erótica es un recurso exclusivo del ser humano. Tener fantasías sexuales es algo no sólo agradable sino necesario para tener relaciones sexuales placenteras y aumentar el nivel de excitación. Las fantasías no son más que eso, pensamientos irreales que nos producen excitación pero que no tienen por qué realizarse.

La moral está totalmente al margen de la fantasía; lo que menos importa es el contenido de las mismas. Ser conscientes del sexo, estar interesados y fantasear nos ayuda a excitarnos. Con frecuencia nos valemos de las fantasías para concentrarnos en nuestra propia relación sexual y excitarnos más. Las fantasías no son malas en sí mismas, ya que normalmente el objetivo no es realizarlas. Las fantasías nos permiten liberarnos de los patrones sexuales e involucrarnos en nuevas actividades.

Tener fantasías con personas del mismo sexo tampoco tiene por qué implicar tener tendencias homosexuales; para eso es necesario sentir deseo en la vida real. Las fantasías pueden ser compartidas en una relación sexual para agregar excitación y reavivar el deseo.





Cada persona debe descubrir cuáles son las partes del cuerpo, tanto del suyo como de su pareja, que experimentan más placer y estímulo al ser acariciadas.
 ¿Qué es el Punto G?

Desde su descubrimiento en 1960 por el ginecólogo alemán Ernest Gräfenberg, la existencia del “Punto G” ha sido tan denostada por unos como defendida por otros. Quienes defienden su existencia afirman que se encuentra situado en la cara anterior de la vagina, a medio camino entre el hueso del pubis y el cuello uterino, a unos tres centímetros de la entrada.

El famoso “punto G” es una pequeña zona en la que se reúnen terminaciones nerviosas, glándulas y vasos sanguíneos. El hecho de que sea difícil de encontrar es porque sólo puede detectarse cuando hay excitación a través de estimulación vaginal. Si esto ocurre, el “punto G” se convierte en una pequeña masa con bordes irregulares y en relieve sobre la pared vaginal frontal. Al ser estimuladas, las numerosas terminaciones nerviosas producen intensas sensaciones a la mujer.

La estimulación del “Punto G” mediante la introducción del pene resulta difícil si no se ayuda con la estimulación manual, especialmente en aquellas mujeres que tengan la vagina distendida debido a la maternidad.

 ¿Existe el Punto G masculino?

La existencia del “Punto G” masculino es aún más controvertida que la del femenino. Desde el punto de vista fisiológico ha sido identificado en la próstata, alrededor de la uretra, en el cuello de la vejiga. Efectivamente, la estimulación de la próstata puede desembocar en un orgasmo más intenso y con mayor eyaculación.

Para un hombre es difícil encontrar su “Punto G”, ya que la única forma de palparlo directamente es a través del ano. La mejor posición para descubrirlo es colocarse de espaldas con las rodillas dobladas, insertad el dedo en el ano y presionar contra la pared frontal. Así se sentirá la próstata como una masa firme del tamaño de una nuez que, al ser estimulada, produce una intensa excitación sexual.

 ¿Qué es el sexo oral y cómo se practica?

Las dos prácticas más habituales dentro del sexo oral son la felación y el cunnilingus. La felación consiste en la estimulación del pene con la boca y es casi siempre la forma más poderosa de excitar a un hombre, ya que para éstos la boca es un símil de la vagina incluso más excitante, ya que es capaz de besar, lamer, succionar, acariciar, etc.

Por su parte, el cunnilingus es la utilización de la boca y la lengua para lamer y acariciar el clítoris y la zona vaginal, lo que excita intensamente a la mayoría de las mujeres. Además, la lengua es más suave que los dedos para estimular el clítoris.

El sexo oral implica un elevado grado de intimidad y un adecuado nivel de confianza. Hombre y mujer pueden estimular recíprocamente sus órganos sexuales mediante la conocida postura del 69, en la que uno se coloca al revés encima del otro para que su cabeza esté en contacto con los genitales de su pareja.

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